
En aquella época, empezaron a surgir los diarios online, pero se consideraba que el periodismo digital se centraba tanto en la inmediatez de la información que los periodistas no contrastaban las fuentes, por lo que la información digital estaba infravalorada. El caso Glass y, con el tiempo, la incorporación de los diarios de prestigio a la red (New York Times, The Chicago Tribune, etc.) dieron a la sociedad una visión más positiva al periodismo digital, pues se demostró que la veracidad no está ligada con el papel: los diarios impresos con prestigio pueden mentir, y los diarios de la red pueden decir la verdad.
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